sábado, 13 de julio de 2013

a que le temes ?

Hay muchas fobias y miedos presentes
en nuestra sociedad. Temor al fracaso,
a no ser aceptado, a pasar una
vergüenza extrema, entre otros. Estos
miedos pueden convertirse en una
fobia que es algo más severo: fobia al
compromiso, a las arañas, a los
espacios cerrados. Pero hay una
situación en particular que asusta a un
gran número de las personas hoy en
día y que incluso tiene nombre:
anuptofobia, el miedo a estar solo.
Desde pequeñas se nos inculca la idea
de que encontraremos una pareja, nos
casaremos y tendremos hijos. El ideal
de príncipe azul lo refuerzan las
historias y las películas asegurándonos
que llegada una edad estaremos
felizmente casadas (o al menos
emparejadas). ¿Y si no? ¿Qué pasa
cuando llegamos a cierta edad y
estamos solas? La sociedad en la que
vivimos no nos ayuda particularmente
en eso. Seamos francas, aquí sí importa
si estás sola. Aunque tú te sientas bien
contigo misma y con tu vida, el hecho
de no tener pareja pesa. "¿Y todavía no
está pololeando, mijita?" te pregunta
esa tía en un cumpleaños y tus papás
te recuerdan (según ellos sutilmente,
pero en realidad descaradamente) "Ya
no tienes 25 años, ¿qué estás
esperando?". Nos ponen encima la
presión de tener pareja porque
supongo que creen que sin pareja no
se puede ser feliz, además de que está
el tema de ser madre, si eres mujer
tienes que ser madre y no puedes serlo
después de los 40.
¿Por qué tenemos que responder a
tantas obligaciones sociales? ¿Por qué
tienen que hacerme sentir mal si tengo
29 años y estoy bien sola por el
momento?
Y por estas mismas presiones terminas
desarrollando una fobia a la soltería.
Una fobia que terminará haciéndote
(como casi todas las fobias) muy infeliz.
Preferirás estar con cualquiera antes
que estar sola. Imagínate la infelicidad
de quedarte con alguien y quizás
incluso casarte y tener hijos con esa
persona que nunca te convenció, pero
que estaba ahí. Se ve tan seguido… las
personas que terminan una relación y
ni siquiera ha pasado el mes cuando ya
están con otra pareja. Y así una y otra
vez, con un miedo incontrolable a estar
solo, a decir que estás soltero, con
pánico a atreverte a estar contigo
misma. Sí, el humano es un ser
gregario, pero eso no significa que
necesitemos a otro para ser feliz.
No dejes que este miedo se apodere de
tu vida y tus relaciones.

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