martes, 2 de abril de 2013

Dejando la puerta abierta por si acaso ...

Siempre es preciso saber cuándo se
acaba una etapa de la vida ... Si
insistes en permanecer en ella más allá
del tiempo necesario, pierdes la alegría
y el sentido del resto ... Cerrando
círculos, o cerrando puertas, o
cerrando capítulos, como quieras
llamarlo... Lo importante es poder
cerrarlos, y dejar ir momentos de la
vida que se van clausurando ...
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu
relación?, ¿Ya no vives más en esa
casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La
relación se acabó? Puedes pasarte
mucho tiempo de tu presente
"revolcándote" en los por qué, en
devolver el cassette y tratar de
entender por qué sucedió tal o cual
hecho... El desgaste va a ser infinito,
porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus
hijos, tus hermanos, todos y todas
estamos encaminados hacia ir
cerrando capítulos, ir dando vuelta a la
hoja, a terminar con etapas, o con
momentos de la vida y seguir
adelante ...
No podemos estar en el presente
añorando el pasado ... Ni siquiera
preguntándonos por qué ... Lo que
sucedió, sucedió, y hay que soltarlo,
hay que desprenderse
... No podemos
ser niños eternos, ni adolescentes
tardíos, ni empleados de empresas
inexistentes, ni tener vínculos con
quien no quiere estar vinculado a
nosotros ... ¡Los hechos pasan y hay
que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante
destruir recuerdos, regalar presentes,
cambiar de casa, romper papeles, tirar
documentos, y vender o regalar
libros ...
Los cambios externos pueden
simbolizar procesos interiores de
superación ...
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la
vida nadie juega con las cartas
marcadas, y hay que aprender a
perder y a ganar ... Hay que dejar ir,
hay que dar vuelta a la hoja, hay que
vivir sólo lo que tenemos en el
presente …
El pasado ya pasó. No esperes que te
lo devuelvan, no esperes que te
reconozcan, no esperes que alguna
vez se den cuenta de quién eres tú …
Suelta el resentimiento ... El prender
"tu televisor personal" para darle y
darle al asunto, lo único que consigue
es dañarte lentamente, envenenarte y
amargarte ...
La vida está para adelante, nunca para
atrás ... Si andas por la vida dejando
"puertas abiertas" por si acaso, nunca
podrás desprenderte ni vivir lo de hoy
con satisfacción ... ¿Noviazgos o
amistades que no clausuran?,
¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?),
¿Necesidad de aclaraciones? ,
¿Palabras que no se dijeron?,
¿Silencios que lo invadieron? Si puedes
enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no,
déjalos ir, cierra capítulos ... Dite a ti
mismo que no, que no vuelven. Pero
no por orgullo ni soberbia, sino, porque
tú ya no encajas allí en ese lugar, en
ese corazón, en esa habitación, en esa
casa, en esa oficina, en ese oficio ...
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace
dos días, hace tres meses, hace un
año ... Por lo tanto, no hay nada a qué
volver ... Cierra la puerta, da vuelta a
la hoja, cierra el círculo... Ni tú serás el
mismo, ni el entorno al que regresas
será igual, porque en la vida nada se
queda quieto, nada es estático. Es
salud mental, amor por ti mismo,
desprender lo que ya no está en tu
vida ...
Recuerda que nada ni nadie es
indispensable ... Ni una persona, ni un
lugar, ni un trabajo ... Nada es vital
para vivir porque cuando tú viniste a
este mundo, llegaste sin ese
adhesivo ... Por lo tanto, es costumbre
vivir pegado a él, y es un trabajo
personal aprender a vivir sin él, sin el
adhesivo humano o físico que hoy te
duele dejar ir ...
Es un proceso de aprender a
desprenderse y, humanamente se
puede lograr, porque te repito: nada ni
nadie nos es indispensable ... Sólo es
costumbre, apego, necesidad ... Por
eso cierra, clausura, limpia, tira,
oxigena, despréndete, sacúdete,
suéltate ...
Hay muchas palabras para significar
salud mental y cualquiera que sea la
que escojas, te ayudará
definitivamente a seguir para adelante
con tranquilidad ...
¡Esa es la vida!

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