lunes, 21 de enero de 2013

El amor de Dios no pasa factura ...

Hay una frase preciosa del Nuevo Testamento, cuando Pablo, hablando del amor, afirma contundentemente: "El amor no guarda rencor", o sea, no pasa factura Por eso me gusta decirle a la gente que vive imaginándose la «otra vida» con tintas tenebrosas : "Ustedes van a quedar muy desilusionados cuando lleguen allá arriba y descubran que no hay pecado que no pueda ser perdonado por Dios". Y viene a cuento la siguiente historieta:
Una mujer que afirmaba estar te­niendo encuentros con Dios fue a pedir consejo al Obispo. Él le recomendó:
-Hija, usted puede estar creyendo en ilusiones. Debe entender que, como Obispo de la dió­cesis, yo soy quien puede decidir si sus visio­nes son verdaderas o falsas.
-Sí, Excelencia.
-Ésa es mi responsabilidad, es mi deber. 
-Perfectamente, Excelencia. 
-Entonces, deberá hacer lo que le ordene. 
-Lo haré, Excelencia.
-Pues escuche: la próxima vez que Dios se le aparezca, como dice que se le aparece, usted le va a decir: "Por favor, revéleme los pecados personales y privados del señor Obis­po". Si se los dice, entonces se trata realmente de Dios. así que vaya y después me cuenta.
Al mes, la mujer volvió a entrevistarse con el Obispo, y éste le preguntó:
-¿Dios se le apareció de nuevo?
-Creo que sí....
-¿Le hizo la pregunta que le ordené? 
-¡Por supuesto!
-¿Y qué dijo Dios?
-Él me dijo que le dijera a Ud dos cosas: La primera que él ya se olvidó de todos sus pecados.Y, segundo, que deje de andar permitiendo que lo traten de excelencia porque su misión como obispo es servir, no ser servido.

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