Existen momentos en los que nos gustaría
mucho ayudar a quienes amamos, pero no podemos hacer nada: o las
circunstancias no permiten que nos aproximemos, o la persona permanece
cerrada ante cualquier gesto de solidaridad y apoyo.
Entonces sólo nos queda el amor. En los
momentos en que todo es inútil, aún podemos amar, sin esperar
recompensas, ni cambios, ni agradecimientos.
Si conseguimos actuar de esta manera, la energía del amor empieza a transformar el universo que nos rodea. Cuando esta energía aparece, siempre consigue realizar su trabajo.
"El tiempo no transforma al hombre. El poder de la voluntad no transforma al hombre. Lo transforma el amor", Dice Henry Drummond.
El amor transforma, el amor cura. Pero a
veces el amor construye trampas mortales, y termina destruyendo a la
persona que decidió entregarse por completo. ¿Qué sentimiento complejo
es éste que - en el fondo - es la única razón para continuar vivos,
luchando, procurando mejorar?
Sería una irresponsabilidad intentar
definirlo; porque, como todo el resto de los seres humanos, yo solamente
consigo sentirlo. Se escriben miles de libros, se estrenan obras
teatrales, se producen filmes, se crean poesías, se tallan esculturas en
madera o mármol, pero, a pesar de ello, todo lo que el artista puede
transmitir es la idea de un sentimiento, pero no el sentimiento en sí
mismo.
No obstante, aprendí que este sentimiento
está presente en las pequeñas cosas y se manifiesta en la más
insignificante de las actitudes que tomamos; por lo tanto, es necesario
tener el amor siempre en mente cuando actuamos o dejamos de actuar.
Coger el teléfono y decir la palabra de
cariño que postergamos. Abrir la puerta y dejar entrar a quien necesita
nuestra ayuda. Aceptar un empleo. Abandonar un empleo. Tomar
la decisión que estábamos dejando para después. Pedir perdón por un
error que cometimos y que no nos deja en Paz. Exigir un derecho que
tenemos.
Abrir una cuenta en el florista, que es
más importante que la del joyero. Poner la música bien alta cuando la
persona amada esté lejos, pero bajar su volumen cuando se halla cerca.
Saber decir "sí" y "no", porque el amor lidia con todas las energías del hombre.
Descubrir un deporte que pueda ser
practicado por ambos. No seguir ninguna receta, ni siquiera Las
contenidas en este párrafo; porque el amor requiere creatividad.
Y cuando nada de eso sea posible, cuando
lo que queda es apenas soledad, entonces acordarse de una historia que
un lector me envió una vez:
"Una Rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna venía a posarse en sus pétalos.
La flor, sin embargo, continuaba soñando.
Durante sus largas noches imaginaba un cielo donde volaban muchas
abejas que venían a besarla cariñosamente. Así conseguía resistir hasta
el día siguiente, cuando volvía a abrirse con la luz del Sol.
Cierta noche, conociendo la soledad de la Rosa, la luna preguntó:
- ¿Tú no estás cansada de esperar?
- Quizás. Pero tengo que seguir luchando.
-¿Por qué?
- Porque si no me abro, me marchitaré".
En los momentos en que la soledad parece destruir toda la belleza, la única manera de resistir es continuar abiertos.
Paulo Coelho.
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