Suele suceder que nos atamos demasiado a relaciones que ya no nos convienen, a personas que ya no nos aportan o merecen.
Tenemos que aprender a decir adios, a cuidar nuestro futuro protegiendonos de engaños y lamentos.
Decir adios cuando ya estemos tan atados a una persona al punto de ahorcarnos a nosotros mismos.
Decir adios no es algo que se haga por placer, pero si por nuestro propio bien.
Saber decir adios es saber hacerse valer.
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