Son personas genuinas, que se muestran tal cual son. Tienen debilidades y defectos y no intentan disimularlos o taparlos: dejan que sus colores verdaderos brillen en todo momento, lo que las hacen aun más queribles.
Son quienes me aceptan como soy y ante quienes no necesito explicarme ni justificarme: me quieren, haga lo que haga.
Nunca tienen reproches ni ejercen presión sobre mí ya que no tienen razón alguna para hacerlo: no intentan imponer sus propias ideas, tan solo las expresan con la mejor intención para ver si algo que lo que dicen puede ayudarme o resultarme útil en la situación que estoy viviendo.
Es gente sin doble discurso, que dice lo que piensa y no teme hablar por la reacción de los demás, ya que su confianza en sí mismos y en exponer su verdad es más fuerte que cualquier intento por acallarlos. Tampoco tienen dobles intenciones: lo que vemos y percibimos de parte de ellos es real.
Además, son muy confiables, ya que sabemos que nunca nos defraudarán conscientemente y que harán lo posible para ayudarnos con su mejor buena voluntad. Son incondicionales y no nos juzgan, ya que no se creen los dueños de la verdad.
Cada vez más, intento rodearme de esta clase de personas. Me siento muy a gusto con estos seres y es muy sencillo detectarlos: irradian una luz muy especial.
¿Tienes cerca de ti gente transparente?
#mejoraemocional
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